"Entre lo que se alucina, lo que se quiere ver, lo que se ve realmente y lo que no se ve, el juego es infinito: es ahí donde tocamos la parte más íntima del cine". Serge Daney.

2 de julio de 2007

La Cosa, de John Carpenter

Muchos años tuvieron que pasar para que La cosa, de John Carpenter, fuera considerada una de las películas más importantes de la década del 80. Es que su estreno se produjo el 25 de Junio de 1982, dos semanas después del estreno de E.T., de Steven Spielberg, que lideraría la venta de entradas y acapararía los más benevolentes comentarios de la crítica. Claro que la visión que planteaba Carpenter de la criatura alienígena y su relación con el entorno difería marcadamente de la de Spielberg.

En ambas películas hay un ser extraterrestre, en ambas un peligro que acecha. Sin embargo, si en E.T. la amenza se configura y materializa alrededor de los agentes de un Estado gigante y omnipresente, en La cosa esta amenaza es amorfa, ambigua y carente de materialidad. Se trata de una criatura que se comporta como un virus, que adopta la forma del organismo que contagia luego de una mutación que dura pocos segundos. De esta manera, cualquier organismo vivo (un perro, un compañero de trabajo) puede estar contagiado y ser “la cosa”, puede atacar y contagiar y expandirse. La amenaza no puede reducirse a un elemento externo al grupo humano que se defiende (como ocurre en Alien, por ejemplo) sino que es invisible, lo que alimenta el clima de paranoia y desconfianza.

Los abiertos y desolados espacios de la Antártida, donde ocurre la trama, no impiden a Carpenter construir una atmósfera de tensión y claustrofobia. La precisión de los encuadres, el juego constante de figura-fondo en el interior del plano y el sistemático uso de la elipsis (llaman la atención la duración de los fundidos a negro y a blanco que ponen fin a las secuencias, llevando al extremo el recurso clásico y convirtiendo la narración en un ejemplo de modernidad) ayudan a configurar un ambiente opresivo y desesperante que ni el final de la película logra atenuar.
Con Halloween, La niebla y En la boca del miedo, La cosa es quizás una de las mejores y más personales películas de John Carpenter.

Cansado estos días de tanta película de terror mediocre que se dedica a registrar las cosas con la cámara desde la mayor cantidad de ángulos posibles (para luego permitir un montaje acelerado y frenético de las imágenes con la aparente intención de alimentar los nervios) me pregunté qué distingue una buena película de otra que no lo es. No encontré una respuesta definitiva, pero sí la sospecha de un rasgo: una buena película siempre sabe qué hacer con la cámara.

6 comentarios:

BUDOKAN dijo...

Esta es una de mis películas preferidas del maestro JC. La plasticidad visual y lo inquietante del comportamiento de los personajes la convierte en una verdadera obra maestra. Saludos!

Hernán dijo...

Sí, estoy de acuerdo. Una verdadera joyita del cine de terror.
Saludos.

Rey Nova dijo...

Un clásico del cine, si señor, no es sólo terror y gore, que son de los buenos, sino tambien un buen manejo del suspenso, como dices, gracias al manejo de la cámara, en forma magistral. Muy buena.

Andrés dijo...

Sin dudas es una de las mejores películas de Carpenter. Ese comienzo enigmático, con un perro que huye de un helicóptero que lo persigue a los tiros, es excelente.

Si no me equivoco, este lunes la dan en Retro. Vale la pena volver a verla.

Un saludo

Anónimo dijo...

posiblemente,la mejor pelicula de todos los tiempos.Basta de EL PADRINO,EL CIUDADANO y LO Q EL VIENTO SE LLEVO!!!!!

Fabiana dijo...

Excelente película, una verdadera joya. Felicitaciones por el blog.

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