"Entre lo que se alucina, lo que se quiere ver, lo que se ve realmente y lo que no se ve, el juego es infinito: es ahí donde tocamos la parte más íntima del cine". Serge Daney.

14 de septiembre de 2007

Cuatro minutos increíbles

"Traude Krüger, una anciana pianista que da clases de música en una cárcel de mujeres, descubre el talento de una joven y conflictiva interna, Jenny, y decide presentarla en un certamen musical para jóvenes intérpretes. Las dos mujeres, opuestas en apariencia, deberán trabajar en equipo y aprender a conocerse y respetarse."
Había leído una sinopsis como ésta antes de ver Cuatro minutos (Vier Minuten, 2006), y casi automáticamente había pensado en Los coristas, aquella insoportable película francesa de hace algunos años que extrañamente había gustado tanto en todo el mundo y a la que incluso habían dado algún oscar o algo así. Pero no, nada más lejos. Cuatro minutos tiene la fuerza, la belleza y la inteligencia que pocas películas de este tipo llegan a tener, y me refiero a ese subgénero donde abundan con facilidad los maestros buenos y simpáticos, las ovejas descarriadas con exacerbado talento artístico y los contextos complicados en los que no suele faltar la figura malvada (por lo general el director de la institución) con serias aspiraciones de caricatura. Pero nada de esto ocurre, repito, en Cuatro minutos. Esta película es honesta, emotiva, inteligente y bella a la vez.
La grandeza del film puede encontrarse en la intensidad de los personajes, en sus miedos, conflictos y ambigüedades, en la resolución formal de muchas escenas impecables (el travelling que sigue a Krüger por los pasillos de la prisión mientras los guardias corren desesperados para detener a la joven Jenny que acaba de golpear brutalmente a un guardia, es de lo mejor de la película) o en la increíble escena final que cierra con elocuencia y emoción el sentido de toda la historia (y del título también).
Quizás el uso gratuito y torpe de ciertos flashbacks (la relación de Krüger con su amante en la época del nazismo), de ciertos desajustes temporales arbitrarios (las escenas introductorias del film) y algún que otro diálogo demasiado subrayado ("música de negros") interrumpen por momentos la naturalidad y fluidez de la narración. Pero los detalles en contra son pocos y casi no hacen ruido. Todo el resto maravilloso está ahi, esperando ser descubierto.

Próxima función para no dejar pasar: Miércoles 19 a las 23:10 hs
(Village Recoleta)
Duración: 112 minutos

1 comentarios:

BUDOKAN dijo...

Muy buena esta cobertura que haces de este festival para guiarnos hacia lo seguro dentro de estos films que no son muy conocidos. Esta película parece buena. Saludos!

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