"Entre lo que se alucina, lo que se quiere ver, lo que se ve realmente y lo que no se ve, el juego es infinito: es ahí donde tocamos la parte más íntima del cine". Serge Daney.

17 de abril de 2008

BAFICI 08: ¿Por qué no cabalgan los monos?

Encounters at the end of the world
de Werner Herzog
(EEUU, 99 min, 2007)

Por Hernán Silvosa
Lo que en manos de cualquier otro realizador hubiera sido un documental tradicional sobre el trabajo de un grupo de científicos residentes en la Antártida, en manos de Werner Herzog las cosas son, por suerte, radicalmente diferentes. Extraños sonidos que utilizan las focas para comunicarse entre sí que parecen salidos de un sintetizador digital, pingüinos esquizofrénicos que abandonan su grupo para encontrar una muerte segura entre los hielos, organismos unicelulares que se comportan de manera inteligente repitiendo patrones en la naturaleza, biólogos tocando la guitarra eléctrica a varios grados bajo cero y volcanes que escupen lava en los momentos menos indicados mientras un experto recomienda no correr para protegerse del magma volando por los aires sino, por el contrario, mirar con atención hacia arriba y esquivar con rapidez los pedazos incandescentes de lava que vayan explotando contra el suelo. Y entre lo absurdo y lo maravilloso de estas situaciones, la voz en off de Werner Herzog asumiendo el rol del menos didáctico de los narradores documentales para hacer progresar la narración mediante preguntas como la siguiente: “¿cómo es que ningún chimpancé aprovechó jamás su inteligencia superior para utilizar a otros animales como medios de locomoción (para cabalgar hacia el horizonte, por ejemplo)?

Como ocurría en Grizzly man, su anterior y genial trabajo documental, aquí también las imágenes de paisajes increíbles respiran un aire de constante ambigüedad, como si la cámara de Herzog jamás se contentara con el registro bello y técnicamente perfecto de extraños seres vivos durante sorprendentes tomas subacuáticas. Es que las imágenes parecieran ser, todo el tiempo, excusas para interrogar sobre ideas que obsesionan al realizador alemán desde hace décadas: la naturaleza vista como un gigantesco monstruo de brutal indiferencia que sólo persigue dos cosas: alimentación y permanencia; y en ella, como un absurdo que escapa despavorido a cualquier explicación racional, el ser humano y sus consecuencias.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Uuuuhhh, de esta me quedé con ganas. Todavía tengo la ilusión de terminar BIEN mi recorrido por el festival, pero no sé si conseguiré entradas. La otra candidata es Les chansons d'amour. El año pasado cerré el Bafici con Corazones de Resnais y fue un golazo.

Rich dijo...

excelente la cobertura hernan, fragmentada pero my linda.

Hernán dijo...

Hola, Jm. Espero que puedas verla en alguna proyección que se realice en el futuro, te la recomiendo. Yo todavía no sé con qué película me quiero despedir del festival, espero tener suerte.

Rich, muchas gracias. Es cierto, fragmentada y arbitraria!

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