"Entre lo que se alucina, lo que se quiere ver, lo que se ve realmente y lo que no se ve, el juego es infinito: es ahí donde tocamos la parte más íntima del cine". Serge Daney.

23 de noviembre de 2007

El sueño de todo guionista

J. J. Abrams, productor de la ultra promocionada Cloverfield, está siendo directamente afectado por la huelga del sindicato de guionistas.
Ocurre que está dirigiendo actualmente Star Trek con un guión no escrito por él y correctamente finalizado antes del inicio del conflicto. El problema es que Abrams es miembro del sindicato y ahora, en plena etapa del rodaje, no puede cambiar como director ni una sola palabra presente en el guión; lo que está escrito es lo que tiene que filmar. No es otra cosa que el sueño de cualquier guionista convertido en realidad. Por única vez, el director no puede modificar absolutamente nada.
Abrams cuenta que estaba filmando hace pocos días una escena de la película y que de repente se le ocurrió una idea para una nueva línea de diálogo. Fue exasperante, dice, no poder hacer abosolutamente nada...
Quién iba a decir que en los primeros años del siglo veintiuno se actualizaría nuevamente el debate Eisenstein-Pudovkin.
El primero consideraba que el guión debía presentar un esquema argumental introductorio pero que la verdadera creación de la película se hacía durante el rodaje del film y, por supuesto, en la etapa final del montaje. El segundo, por el contrario, defendía la idea del "guión de hierro", una carpeta que debía contener detalladamente los diálogos, posiciones y movimientos de cámara, estilos de iluminación y decisiones posteriores de montaje que debían respetarse con exactitud.
Ambos directores soviéticos, claro está, defendían estas ideas porque creían absolutamente en ellas y sentían que era lo mejor a la hora de realizar una película. Diferente es el caso donde la posibilidad de cualquier cambio está vedada de antemano.
H
abrá que ver. Quizás descubramos en la próxima Star Trek influencias del constructivismo y alguna que otra marca de propaganda bolchevique.

7 comentarios:

Josep Lloret Bosch dijo...

Te devuelvo la visita, encantado de descubrir tu blog.

Creo que el tema, candente, enlaza con el post anunciando la perpretación de un nuevo Poltergeist.

Porque, decididamente, hay falta de buenos guiones, siendo escasos los originales y, entre éstos, los de calidad.

Pero creo que el máximo responsable de una película debe ser el director de la misma, o, en todo caso, el productor, entendido éste al modo de Selznick, rara avis hoy.

El guionista tiene la idea y crea los personajes a través de los diálogos, pero la visión del conjunto, pertenece a aquel que va viendo cómo el largo parto de la película se va desarrollando a través de la ejecución de sus muchísimos co-autores.
El director de una película viene a ser como el director de una orquesta, que podrá estar formada por profesores solistas, pero sólo quien está por encima, en el atril, tiene la visión delconjunto que es la que apreciará y degustará -o no- el espectador.
Saludos.

Hernán dijo...

Estoy de acuerdo, Josep. Nada más alejado de mí la idea de que el "el sueño de todo guionista" debiera con frecuencia convertirse en realidad.

Sintagma in Blue dijo...

Más que el sueño, realmente parece la pesadilla de todo guionista.

:-)

besos in blue

Darkerrblog dijo...

Muy interesante situación, esperemos pues el resultado, si sale mal le echarán la culpa al guionista, vaya.

BUDOKAN dijo...

Debo admitir algo y es que nunca vi un capítulo de Star Trek. No sé si es bueno o malo. Aprovehco y te dejo Saludos!

Hernán dijo...

Sintagma, pocas veces encontré guionistas que no sintieran molestia por los cambios realizados en sus guiones. Pero seguro que hay...
Darkerr, es verdad, sólo nos queda esperar los resultados.
Budokan, como le va. Es el momento, dadas las circunstancias, de confesar el mismo pecado (?). Jamás en mi vida vi un capítulo entero de Star Trek o alguna de sus películas.
Saludos.

Anónimo dijo...

Yo he visto todo lo que he podido de Star Trek y me preocupa que la huelga de guionistas afecte una obra maestra del cine contemporaneo.

Publicar un comentario