"Entre lo que se alucina, lo que se quiere ver, lo que se ve realmente y lo que no se ve, el juego es infinito: es ahí donde tocamos la parte más íntima del cine". Serge Daney.

4 de abril de 2008

Muchas balas y poca reflexión

Tropa de elite
de José Padilha
(Brasil, 107 min, 2007)

Por María Papi
Con el hiperrealismo como recurso inexorable, José Padhila manipula la estética de lo que denuncia y esta denuncia es un hit: "¿Cuántos niños tienen que morir para que un playboy –en referencia al joven blanco y rico, con conciencia social- se fume un porro?” Pues suena bastante fascista, desde el punto de vista que señala moralmente al consumidor como si fuera el responsable de la red de narcotráfico, como si tuviera la culpa de participar de un sistema que genera miles de millones de dólares con el tráfico ilegal de drogas, cuya rentabilidad se sostiene ideológicamente en la negación de las costumbres y prácticas de muchos de los ciudadanos mediante el prohibicionismo. Quiero creerle a los realizadores del film: la voz de este prohibicionismo, con su hipocresía, ignorancia y demagogia violentas, exhortada desde las bases del sistema, es lo que se intenta denunciar, aunque, lamentablemente, con una visión tan estrecha de la problemática que no deja demasiado margen para la reflexión.

Cual Policías en acción pero con buen presupuesto y gran destreza técnica en las secuencias de acción de cámara en mano, José Padhila atraviesa la frontera de las favelas e ingresa en ese mundo que elige presentar de la forma más cruda posible. Es, nuevamente, el retrato de la miseria sudamericana, donde se presenta, desde la subjetiva del Batallón de Operaciones Policiales Especiales (BOPE), un triángulo de relaciones (organización policial/militar, organización de traficantes dentro las favelas y universitarios militantes y consumidores de drogas) que procura develar la dinámica de operaciones de guerra contra el narcotráfico en Río de Janeiro.

¿Y hacia dónde nos arrastra la cámara de Tropa de Elite? El film, basado en testimonios reales, detona sin asco la perspectiva de la policía y nos implica en ese vigente y cerrado medio de coerción de un sistema que “no trabaja para resolver los problemas de la sociedad, trabaja para resolver los problemas del sistema”. Padhila monta una realidad estrictamente moldeada donde los negros de las favelas son los narcos, la policía son los asesinos que trabajan para el sistema y los estudiantes que manejan una ONG y hacen práctica social son señalados como los blancos naif y los playboys -forma despectiva con la que se refieren a los consumidores de drogas de la clase media, que por no vivir en la miseria no saben nada de la vida ni de la guerra-. En ningún momento aparecen los verdaderos sostenes de este sistema de narcotráfico, indigencia y terror; no forman parte de la realidad del film. No hay empresarios ni políticos ni medios de comunicación, pero sí abundan los mensajes moralistas y los estereotipos de clase. Sólo en ese círculo cerrado de la realidad, en su forma más cruda e inflexible, se desarrolla la presentación de una ficción con ornamento de documentación categórica y veraz. El relato en voz en off lo lleva el capitán Nascimento y los episodios están articulados por las memorias -y remordimientos- de diversos operativos, señalando particularmente las operaciones de seguridad y pacificación debido la visita del Papa a Río de Janeiro. De esta manera, Tropa de elite juega a transgredir poniendo en escena la perspectiva del ejecutor del orden, infecta marioneta que mata y muere en nombre de la ley y tortura en nombre de la paz.

Siempre la foto repetida de un Brasil violento y desmadrado, imágenes que evidencian la impunidad genocida de un sistema prohibicionista que sólo genera un círculo vicioso que sostiene y sustenta la red del narcotráfico, de la que tanto los pibes de las favelas como los del batallón policial son sólo muñecos descartables. Ésta debería ser la polémica del film.

No es un tema simple ni nuevo y, definitivamente, no puede ser abarcado sólo desde un territorio limitado que invade la percepción con pretendido encuadre objetivo de “la realidad”. Tampoco es un film fácil de digerir, ya que despliega lo que no quiere verse y pronuncia lo que no quiere escucharse: una sociedad que cría y educa guerrilleros legales e ilegales que se liquidan unos a otros para sostener la máscara del establishment.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Desconocía completamente la existencia de esta película. Después de tu reseña, la buscaré. Parece muy interesante, así que gracias!

Un saludo!!

Andrés dijo...

Estoy de acuerdo en que la película, con su pretendido hiperrealismo, atenta contra la reflexión. Pero además me parece que tampoco funciona como film de género: abusa de la cámara en mano, tiene una voz en off sumamente molesta y la historia es simplona y poco atractiva.

Saludos

Ramón Ramos dijo...

Yo tampoco la conocía. Tendré que investigar un poco.
Saludos,

Briana dijo...

Hola, te felicito! porque tienes un buen estilo en contenido y formato en tu blog.
Me parecio muy interesante y rescatable todo lo q publicas espero q tu tb puedas visitar mi blog,
Bye.

BUDOKAN dijo...

Hola, me gusta como escribes porque logras transmitir en palabras la misma sensación que nos deja el film, que no es muy logrado que digamos. Saludos!

Ana Cecilia Contrera dijo...

Vi la pelicula, creo que sin ser excelente, tampoco es una mierda. De acuerdo que peca por omisión de mostrar una parte del sistema que es esencial en la red del narcotráfico. Vuelve al tapete un viejo tema, no es criticable la subjetividad de la visión, es inherente al humano. No hay que olvidar que es ficción, basada en hechos reales. Me gustó.

Anónimo dijo...

como buenos burgueses, muchos de los comentarios acusando de poco relfexiva la trama de Traop de elite responden a esa misma falta de profundidad reflexiva de la burguesia en si...
por mi parte, los personajes y sus caracteres estan bien desarrollados, ¿acaso capitan nasciemento no asume la carga emocioanl de la madre que solo keria dar un digno entierro a su hijo?...¿acaso no sale a flote el tema de la corruptibilidad de las instituciones policiales?... ¿acaso las ongs de los universitarios no son legitimados por los lideres de la favela?...a juicio personal, la pelicula es pura dialectica, la historia en su totalidad juega de una manera dual frente a lo vicioso del sistema, lo circular del conflicto...de ahi que, la unica critica q le pueda hacer es la omision que hizo el guinista al papel que juega el gobierno y no el estado en el asunto...puesto que este ultimo es un todo sistemico, mas no el gobierno, ente desde donde emana la supuesta voluntad popular que a ojos cerrado deseea poner fin al problema...aparte de eso, kien se dee el tiempo de ahondar en cada pesonaje, se dara cuenta que no hay certezas respecto al rol de cada kien...se esta en un limbo...he ahi el papel del gobierno: si seguir con sus pesimas politicas redistributivas o implementar reformas que reorienten el porvenir brazileno....
eso de q le falto reflexion al asunto me parece un chiste, ¿desde cuando las cosas han de ser servidas en bandeja?...la reflexion intersubjetiva nace de uno, no esperemos que aparesca un dios y nos paviemente el camino...por lo mismo no hago otra cosa que manifestar mi total descuerdo con las criticas burguesas que surge gracias a la comodidad del sol siempre luminoso...

para que decir que las autorreferencias de conocimiento tecnino estan demas...el arte es en si mismo funcional a lo social...que "film de genero, o voz en off.." q es eso....?
pamplinas burguesas...
tengan por seguro que el guionista no buscaba eso.

Diego dijo...

ahh por favor, anónimo... desde que lugar hablas? parecería que te ubicas un escalón mas arriba de cualquiera que comentó algo, decis que son burgueses... que se yo... me haces acordar a los personajes principales de películas de artistas... esos que están un poco mas alla de la sociedad, que son genios... eso si pero sin genialidad, ni arte... solo marginalidad.. un saludo!

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