"Entre lo que se alucina, lo que se quiere ver, lo que se ve realmente y lo que no se ve, el juego es infinito: es ahí donde tocamos la parte más íntima del cine". Serge Daney.

31 de diciembre de 2008

Refrito de fin de año

El año llegó a su fin y la web cinéfila, como siempre, se ha convertido en un hervidero de listas y balances. Aquí no hablaremos, sin embargo, de mejores o peores películas, sino que haremos algo más inútil aún: repasar algunas de las notas publicadas en este blog durante todo 2008. Un refrito más, en orden cronológico, para saber de qué se habló en este lugar durante los últimos doce meses. Feliz año.

El verbo hecho imagen
La segunda y última película de Fabián Bielinsky es, junto con La mujer sin cabeza, lo mejor del cine argentino en lo que va del siglo. Metáfora de gestación del cine y puesta en abismo a la inversa, la película concibe un protagonista que funciona como espectador y cineasta a la vez, cuya mirada segmenta la realidad y hace del mundo no percibido un fuera de campo tan misterioso como siniestro.

Fundamentalismo yanqui
Niños y adolescentes son adoctrinados durante un campamento de verano en los Estados Unidos para convertirse en verdaderos “soldados del ejércido de Dios”. Parece un capítulo de South Park, pero no lo es. Se trata de Jesus Camp, un documental sorpredente y revelador.

Cine imprescindible
Hay un cine bidireccional por definición, donde la imagen es conciente de la mirada que recibe y responde en consecuencia, indaga, interpela y se transforma a su vez, constantemente, en otra cosa. La imagen sabe de sí misma y observa. Algo así es Sans soleil, del genial Chris Marker. Una eternidad de sentidos para ver una y otra vez.

Las grietas del infierno
Terror, crimen, intolerancia, infamia, poder, exclusión, abuso, impunidad. Rasgos del inconciente colectivo norteamericano condensado en una de las mejores películas de los hermanos Coen.

De la abyección enmascarada
La maquinaria publicitaria hizo pensar, al menos por unos días, que El orfanato se trataba de una excelente película de terror. Ilusión pasajera y estafa al espectador. Escenas con diseño cuidado, factura técnica importante, elegancia de recursos y cero personalidad.

La cámara que toca el piano
Peter Medak sabe que la historia de The changeling ya ha sido contada miles de veces. Entonces, se concentra de forma inteligente en hacer que su cámara la cuente de la mejor forma posible, y esto convierte a la película en una muestra excelente de lo que significa la puesta en escena en el género de terror.

¿A quién se aplalude en el cine?
Breve comentario sobre la bella figura del Explicador, en los comienzos del cine. Aquel ser al que aplaudían los espectadores cuando terminaba la película y que hoy, ya desaparecido, mediante los mismos aplausos del público (cada vez menos frecuentes) intenta no ser olvidado.

Besos con sabor a pastel
Respuesta manierista al manierismo en tierras norteamericanas de Wong Kar-Wai; flotante, como la cámara del oriental, que busca ansiosa la nitidez en un mundo cuyos bordes están empañados de lágrimas.

Conciencias muertas
Sidney Lumet aplica toda su coherencia y lucidez en un relato clásico manipulado por la tragedia: Antes que el diablo sepa que estás muerto. Un cuento policial, familiar, que habla más del estado del mundo que cualquier documental político de turno.

Tres cuestiones sobre Wall-E
Unas pequeñas anotaciones sobre la película más sobrevalorada del año convirtieron este post en el más comentado por los lectores. Los tres puntos hablan sobre los lugares comunes de la crítica, el poder irreductible del marketing y algunas incoherencias en el interior del discurso del film.

The dark knight: ménage à trois
Ninguna lectura binaria es posible. ¿Batman versus Joker? Nada de eso. Una tríada simbólica opera para construir el mejor tanque de Hollywood, que no sólo es cine del grande sino la mejor película de superhéroes jamás filmada.

Los contenidistas, el guión y la sabiduría de Carrière
¿Quién mejor que Jean-Claude Carrière para explicar lo que es un guión y lo que es una película? Y para explicar, aunque a esta altura sea una perogrullada, que el cine no pasa tanto por los argumentos sino por cómo se los cuenta.

La mujer sin cabeza: los avatares de la percepción
La percepción del mundo como el resultado de una construcción legitimada por un poder irreductible a ser capturado por sentidos nítidos y tranquilizadores. Lucrecia Martel se mete con las verdades de pesadilla y negación de una burguesía que raramente conoce la perturbación y la angustia. Genial.

La verdad extática de Werner Herzog
Las convenciones expresivas de las imágenes, dice Román Gubern, quedan enmascaradas por su reiteración y familiaridad. En este sentido, y sin preocuparse por el género (ficción o documental), es que Herzog busca descubrir una verdad poética a través de su cine, una verdad que altere el orden naturalizado y falso de las cosas.

La insoportable levedad del ser adolescente
Gus van Sant ama el mundo que describe y que narra, en el que se mete una y otra vez para intentar descifrar al ser adolescente. Y lo mejor: la levedad insoportable de este ser no impide que su cámara quiera a sus personajes con locura, y que los registre con pureza en su más honesto devenir.

Cine extraordinario
Si no se trata de hacer cine político sino más bien, como decía Godard, de hacer películas políticamente, Historias extraordinarias es uno de los acontecimientos del año en cuanto al cine argentino se refiere. Nueva política de producción, distribución y proyección. Y narración, claro.

El cine como paraíso terrenal
Aun con sus fallos, Planet Terror es la señal elocuente de un cine que se resiste a morir. Carne mutilada pero nunca prostituida, un cine que combate la zombización de la imagen y del espectador con las mejores herramientas de la industria.